Cualquiera tiene un mal año, ¿qué ser humano que haya cumplido algunos años no lo ha tenido nunca? Las organizaciones están conformadas también por personas y pasan por sus mismos ciclos vitales. Es lo que le pasa a la ONU, que en el año 2000, mientras quizá usted se planteara objetivos como dejar de fumar, ir al gimnasio, tener una niña,… se fijó, que para eso es tan mundial, metas para el milenio que recién comenzaba. Eran ocho: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr que todos los niños tengan acceso a la educación, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Farragosas y abstractas palabras las que conforman este último objetivo, “fomentar una asociación mundial para el desarrollo “ para qué está entonces la ONU, nos preguntamos todos.
Lo cierto es que esta la organización de naciones no es capaz de lograr ni siquiera aquello que se plantea. Tan humana ella, pensarán algunos, tan imperfecta como cualquiera, como el fumador que se plantea dejar de fumar a principio de año y sucumbe al placer de la nicotina en febrero. Los psicólogos dirán que hay no hay que ser excesivamente exigente con uno mismo y aceptar nuestras propias contradicciones. La ONU es buen ejemplo de tolerancia ante los propios errores.
Esta semana, coincidiendo con el inicio de los discursos de los líderes mundiales ante su Asamblea General, la ONU ha reconocido que no cumplirá con sus objetivos del milenio. 2015 era la fecha establecida para erradicar del mundo males como el de la desnutrición infantil. Bueno oye, lo que importan son las intenciones, dirán los optimistas, lo importante es seguir fijando loables objetivos. Sí, claro, se puede tratar de un simple retraso, quizá se consiga en unos años más, pero ya será tarde para los 41 millones de niños que se han sumado al hambre durante los últimos años de crisis, ellos sí que la padecen, como consecuencia del incumplimiento de la ONU de sus propios objetivos. Se juega con la vida como si los seres humanos tuvieran una segunda oportunidad.
Sólo durante los tres días que duró la cumbre de la ONU previa a su asamblea en la que se analizó el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, murieron 70.000 niños de hambre, según los cálculos llevados a cabo por la organización Save the Children. ¿Que no se cumplen los objetivos del milenio? Tampoco es para alarmarse. Otro milenio será.